El sábado 13 de agosto realicé la afinación del Kawai RX-7 ( tres cuartos de cola) del Pilar golf para Leopoldo Federico y orquesta.
Había estado allí afinando el mismo piano hacía poco tiempo en ocasión de presentarse María Volonté.
Es “el máximo músico de tango vivo”, “un puente virtuoso entre dos siglos”, “el que tocó con
todos y marcó un estilo único Leopoldo Federico” y, sobre todo, “un ser tan honesto en el
plano personal como en el profesional”. Es el inefable bandoneón del tango, tal como lo
presenta una biografía recientemente editada.
Horacio Cabarcos, contrabajo.
Nicolás Ledesma, pianista
Aquí , yo, Roberto Rovira, junto a Nicolás Ledesma, quien, allá por los ochenta, se las rebuscaba mientras estudiaba con maestros tales como Horacio Salgán, afinando pianos. De ahí que nos conocemos desde hace mucho tiempo.
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